Decir que un creyente es más feliz que un escéptico no es más cierto que decir que un hombre borracho es más feliz que uno sobrio. La felicidad de la credulidad es una cualidad barata y peligrosa.
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Los comentarios evangelizantes o cualquier intento de salvar almas son bien recibidos, se expondrán en un lugar visible del blog para que podamos reírnos. Lo mismo es aplicable para magufos, supersticiosos varios, conspiranoicos y demás iluminados de pobre o nula argumentación.
EXCELENTE FRASE.
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