Un nuevo estudio ha encontrado que, si nuestros parientes cercanos, los neandertales, se hubiesen encontrado en ese almuerzo, ellos también habrían tenido respuestas a los alimentos amargos, lo que sugiere que las diferencias en la capacidad de detectar la amargura se remonta por lo menos medio millón de años.
La gran mayoría de los seres humanos actuales (al menos el 75% de las personas en el mundo) puede detectar sabores amargos (a los que llamaremos catadores en este texto). Ellos han heredado ya sea una o dos copias del catador "importante", la variante del gen TAS2R38, que interviene en cómo los receptores de proteínas en la superficie de la lengua detectan amargura. Pero alrededor del 25% de los seres humanos son insensibles a estos sabores amargos (no-catadores). Esto ha llevado a los investigadores a preguntarse cuándo y por qué esta característica apareció en la evolución humana.
Este hueso de Neandertal de donde se extrajo el ADN |
"El hombre de Neandertal era un catador aunque un poco menos que un hombre actual con dos copias del gen", dice el biólogo evolutivo Carles Lalueza-Fox, del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, España, quien dirigió el estudio.
El hecho de que ambas versiones del gen estuvieran presentes sugiere que, como seres humanos, algunos neandertales eran catadores, mientras que otros no lo eran. El descubrimiento de las variantes de un mismo gen en ambas especies de los seres humanos muestra que fueron heredados de un antepasado común que vivió más de medio millón de años atrás, antes de que los neandertales y los humanos modernos se separaran.
De hecho, los chimpancés también tienen una diversidad en la detección de sabor amargo pero utilizan diferentes genes para mediar esta sensibilidad.
Las toxinas en las plantas de sabor amargo pueden dañar la tiroides en grandes cantidades, y así "el supuesto estándar es que estos productos químicos amargos son malos para nosotros y ser un catador sería ventajoso", dice la genetista Anne Stone, antropológa de la Universidad Estatal de Arizona en Tempe, que no participó en el estudio.
¿Por qué entonces el no-catador ha evolucionado independientemente en los seres humanos así como en los chimpancés?
Una idea es que algunos alimentos amargos pueden contener propiedades medicinales, dice Stone. En cualquier caso, los investigadores sugieren que la evolución de la percepción del sabor amargo es un claro ejemplo de la "selección estabilizadora", un proceso en el que múltiples versiones de un gen se mantienen en una población, tal vez porque las diferentes variantes son ventajosas en ambientes diferentes. Lalueza-Fox añade que el estudio muestra que "los neandertales, conocidos por su dependencia de la carne para prosperar en hábitats fríos, evidentemente, también tenían una ingesta significativa de verduras en su dieta."
Créditos de la fotografía: Carles Lalueza-Fox
No te preocupes que no rezaré para "salvarte" ya que soy atea.
ResponderEliminarAntes que nada agradezco el que te hayas puesto de seguidor de mis blogs y como al leer el tuyo me interesó, pues me apasiona todo lo que sea ciencias sociales, filosofía,geología,arqueología, investigaciones descubrimientos... en fin... todo lo que amplíe mis horizontes y me haga pensar, pues... me decidí a seguirte.
Hablando del hombre de Neanderthal hay mucho misterio sin develar aun, pero hay una teoría muy interesante por la cual se dice que se extinguió porque no pudo soportar el tremendo crecimiento de su cerebro, al parecer desarrollado por haber sido la especie que comenzó a comer carne. El Hombre de Neanderthal fue el ser más inteligente de entre sus semejantes. Según los estudiosos, en el momento del parto debe haber habido una mortalidad elevadísima precisamente por los cráneos agrandados de los bebés provocando también, en su mayoría, la muerte de las madres. Son conjeturas ya que nada se pudo probar, pero lo único que se sabe que es sobrevivieron sus "primos" más tontos: los Cromagnones.
Lo del sabor amargo, de tu entrada, es muy interesante.
Un saludo cordial desde Argentina.
"No te preocupes que no rezaré para "salvarte" ya que soy atea." ;-)
ResponderEliminarHola Mabel, ya leí en tu blog.
Vi tu comentario en la Araña y fui a ver tus blogs.
Me gusta la poesía, aunque soy un inculto total en letras :-( y en el otro vi que tienes temas muy afines a los que trato en este blog.
Me resultan muy interesantes tus blogs.
Por lo demás, pues me temo que no puedo estar de acuerdo con esas hipótesis.
Es cierto que tenía mayor capacidad craneal, pero esta no aumentaba paulatinamente. Luego la mortalidad en el parto debió de ser la misma durante miles de años.
Por otro, lado recuerda que capacidad craneal no es igual a inteligencia. La realidad es que, aún siendo menos inteligentes que nosotros, eran capaces de construir herramientas, hacer rituales al enterrar a sus muertos y seguramente, si hubiesen tenido una garganta adecuada, hablar como nosotros.
Desde luego, nos queda mucho por descubrir de nuestros "primos" más cercanos.
Por cierto, quisiera lanzar una pregunta al aire: ¿Dios (cualquier dios) insufló el alma a estos seres o solo eran un experimento fallido que luego decidió descartar?
Gracias a ti Mabel por comentar.