La idea de Dios es una idea que relaja. Es una idea que, como capa protectora, nos invita a ver el lado oscuro del mundo. Y es así que la profunda creencia en Dios o el sentimiento religioso son verdaderos ansiolíticos para el ser humano creyente, lo que tiene su expresión en las respuestas neuronales y hormonales del organismo y en la disminución de enfermedades que a la postre conducen a una mayor supervivencia.
La figura protectora del padre, la idea de Dios en este caso, conduce a una clara disminución del estrés que da la indefensión ante la falta del sentido e inseguridad de la existencia.
Pero es más, la idea de Dios, cuando se institucionaliza y es enarbolada por foros de poderosa influencia social, se refuerza en su poder a través de la protección del grupo que representan. La empatía emocional, bajo ese paraguas que es el grupo, da fuerza a cada individuo para enfrentarse a un mundo que se le alcanza inseguro y finito.
Francisco Mora
Séneca, Francisco Mora habla de la idea de Dios siempre como producto de nuestra mente. Apenas he leído algún artículo suyo, con lo cual no puedo tener una opinión objetiva sobre el encuadramiento de este pequeño párrafo.
ResponderEliminarEstá claro que la idea primitiva es la de consolación y la de protección y... por supuesto cohesiona a los grupos humanos a la vez que da fuerza al individuo para enfrentarse a cualquier clase de adversidad. Sin embargo, al tiempo que que el poder que se intitucionaliza y alimenta a través de los mismos seguidores, ejerce sobre ellos una influencia que cierra todos los caminos hacia la pérdida, precisamente, de ese estado de poder, poder sobre las mentes ajenas y otras clases de poderes, social, económico... Así que cualquier cambio, cualquier descubrimiento, casi siempre científico, que contradiga o que desmonte dogmas y doctrinas es mirado con suspicacias y recelos, no sólo por parte del poder, sino también por la parte que lo sustenta, por la inseguridad que proporciona la introducción de elementos que descalabran todo un sistema en perfecto equilibrio, que tiene respuestas para todo y cuando no las tiene, las suple con la conformidad de la fe, con la aceptación del misterio.
Séneca: ¿hablamos del Francisco Mora doctor en Medicina?
ResponderEliminarHola Séneca !
ResponderEliminarFrancisco Mora, neurofisiólogo de la Universidad Complutense de Madrid : EXPLICANDO CIENTIFICAMENTE EL POR QUÉ DEL SENTIMIENTO RELIGIOSO HA DICHO Y TRANSCRIBO:
“los mecanismos que planificaron nuestra supervivencia [a lo largo de la evolución] y la siguen manteniendo son los mismos que al alcanzar la conciencia han llevado al ser humano a sentirse más allá de los justos determinantes que imprime la propia naturaleza” “...nuestro propio cerebro, en su desmedido afán de supervivencia, nos eleva al infinito. Y construimos aquí, en nuestro mundo de todos los días, un nuevo mundo “más allá” en ese afán de querer seguir vivos. La creencia religiosa arranca de ahí.”
...................
O sea, que lo que has puesto en tu post (un poco fuera de contexto pués has eliminado la raíz del mismo) está acorde con ese análisis profundo que hace Fco. Mora, acerca del comportamiento humano y sus "necesitadas" creencias en "el más allá". Estoy de acuerdo con lo que escribió Inchi Yetu.
Saludos.
Hola, Mabel!
ResponderEliminarEl fragmento que he copiado está extraído en su totalidad, tal cómo lo he puesto, de "El bosque de los pensamientos", Madrid, Alianza, 2009.(pag.51)
Tal cual. De principio a fin.
No lo he seleccionado de un texto más amplio, y por lo tanto, no está "descontextualizado". Creo que tiene sentido por sí mismo.
Aunque, como dices, es posible (lo desconozco), que pertenezca a un comentario más extenso sobre el porqué del sentimiento religioso. En ese caso, habría eliminado la raiz del mismo, como mencionas.
Pero, si tienes ocasión de echar un vistazo al libro citado (interesante pero irregular), verás que la cita es...tal cual.
Saludos!