El 17 de noviembre de 1970, la misión de la Unión Soviética Luna 17 aterrizó en la superficie de la Luna. La sonda llevaba un enorme robot del tamaño de un coche pequeño, llamado Lunokhod-1, que era capaz de recorrer el paisaje lunar. Durante aproximadamente un año, Lunokhod-1 viajó unos 10 km sobre la superficie lunar, devolviendo decenas de miles de imágenes y la analizando el suelo en más de 500 sitios.
Incluso después de que dejó de funcionar, los científicos soviéticos y franceses siguieron haciendo rebotar la luz de un láser en una serie de espejos de fabricación francesa en la parte trasera del rover. Sin embargo, esto se dejó de hacer en mayo de 1974 y los detalles exactos de su posición se perdieron.
Esa ha sido una fuente de constante de irritación para Tom Murphy de la Universidad de California en San Diego, y sus amigos que regularmente hacen rebotar la luz láser en los reflectores en la superficie lunar dejados por el Apolo 11, 14 y 15 y Lunokhod -2.
Más reflectores les permitan medir con mayor precisión la posición de la Luna. Llevar los reflectores hasta allí no es fácil, por lo que perder uno es particularmente irritante.
La situación cambió en marzo de este año, cuando un equipo de análisis de imágenes de la Lunar Reconnaissance Orbiter descubrió la el lugar de aterrizaje de la Luna 17 y las marcas de rodaduras del rover. Estas señalan la posición del vehículo de unos pocos cientos de metros más adelante.
La sonda Luna 17 fue el medio que se usó para hacer llegar al Lunakhod 1 a la Luna en 1970, en esta imagen podemos verle.
Crédito de la noticia: NASA/GSFC/Arizona State University.
Crédito de la noticia: NASA/GSFC/Arizona State University.
Un zoom de la anterior imagen, vemos al Luna 17, y a su alrededor aun se pueden apreciar las huellas que dejó el Lunakhod-1al separarse del Luna 17.
Visión artística del Lunakhod-1 sobre el Luna 17
Visión artística del Lunakhod-1 descendiendo del Luna 17
Las huellas del Lunakhod 1 en la superficie de la Luna
El 22 de abril, Murphy y su equipo disparó su láser en esa dirección e inmediatamente detectaron el retorno. No sólo el espejo catadióptrico de la Lunokhod-1 sigue trabajando, resulta que está en condiciones significativamente mejores que los de su nave hermana. "El rendimiento inicial era sorprendentemente brillante, muy superior a la mejor señal de retorno de la historia del reflector doble en la Lunokhod 2", dice el equipo.
Esas son buenas noticias. El redescubrimiento del reflector podría tener un impacto importante en varias áreas de la ciencia que dependen de medir con precisión la posición y la órbita de la Luna. La telemetría láser en la actualidad proporciona las pruebas más precisas de muchos aspectos de la gravedad, incluido el principio de equivalencia fuerte, la constante de Newton, la precesión geodésica, gravitomagnetismo y la ley cuadrática inversa.
Esas son buenas noticias. El redescubrimiento del reflector podría tener un impacto importante en varias áreas de la ciencia que dependen de medir con precisión la posición y la órbita de la Luna. La telemetría láser en la actualidad proporciona las pruebas más precisas de muchos aspectos de la gravedad, incluido el principio de equivalencia fuerte, la constante de Newton, la precesión geodésica, gravitomagnetismo y la ley cuadrática inversa.
Un final feliz. Al igual que el reencuentro con un amigo perdido.
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