Lo que permite declarar que no existe ningún dios son las contradicciones o aporías insalvables entre el dios definido por la teología y la realidad fáctica de los hechos mundanos. Lo que sucede, lo que es real está en contradicción absoluta con el dios de los teólogos y el dios de los creyentes. Lo que manda es la realidad del mundo, del universo; los hechos del mundo. Lo que impide ver estos hechos es precisamente la creencia, la fe. La religión es un no querer qué es verdadero; es una venda puesta en los ojos para no ver cual es la realidad.
Jorge iniesta, en un comentario en Tendencias21
Yo me di cuenta de ello cuando tenía ocho años y ya no he perdido un minuto más en pensar en esas alucinaciones.
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