Por eso, la primera ecología que hay que defender es la 'ecología humana'.
...sin una clara defensa de la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural; sin una defensa de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer; sin una verdadera defensa de los que son excluidos y marginados por la sociedad, sin olvidar, en este contexto, a aquellos que han perdido todo, víctimas de desastres naturales, nunca se podrá hablar de una auténtica defensa del medio ambiente.
Benedicto XVI - En su mensaje a los obispos de Brasil el 09/03/2011. Hablando sobre ecología (o cómo mezclar churras con merinas y aprovechar para soltar sus obsesiones personales)
Estimados borregos, bóvidos y otros rumiantes, el Papa Beni 16º les desea un buen viaje por la autopista Irracional-2 destino a Demagogia-5.
ResponderEliminarNo olviden pasar por nuestra tienda y llevarse un simpático souvenir, nuestro top ventas: Agua Mineral en botella de plástico con forma de virgen María. Es milagrosa, numerosos clientes, digooo fieles cristianos, constatan que al tomarla les entra un deseo irrefrenable de dejar de tener ideas propias.
:-)
ResponderEliminarSi es que se les ve venir a la legua.
Sin seguir mis reglas "nunca se podrá hablar de una auténtica defensa del medio ambiente".
ResponderEliminarNueva conquista de la iglesia: Los que pueden hablar de defensa del medio ambiente son solamente ellos. Muerde el polvo Greenpeace.
Dios habla conmigo,
soy infalible,
solo yo defiendo el medio ambiente…
Este tío no tiene abuela, ¿verdad?
Un saludo.
Y eso que muy ecologistas, lo que se dice ecologistas no son:Según la iglesia el Lince Ibérico tiene más derechos que el embrión humano.
ResponderEliminarPor el amor de Darwin, ¿que tendrá un moco microscópico que se afanan tanto en protegerlo?. Pregunta retórica, claro.
Podemos utilizar su libro mágico tal cómo hacen ellos:
ResponderEliminarÉxodo 21, 22-25: “Si, en el curso de una riña, alguien golpea a una mujer encinta, provocándole el aborto, pero sin causarle otros daños, el culpable deberá indemnizar con lo que le pida el marido de la mujer y determinen los jueces. Pero si se produjeran otros daños, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, cardenal por cardenal”.
Ahora que cada uno lo interprete como le dé la gana (palabra de Dios interpretada por humanos según su conveniencia, Amén)