28 agosto 2011
3 comentarios:
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Uy, el juego que ha dado en este país las manchas de humedad en la pared, las efigies sagradas representadas en jamones y otros soportes en principio poco ortodoxos religiosamente hablando. El catolicismo, sobre todo, por ese empeño de incurrir en el "pecado de latría", es decir, de adoración supersticiosa a toda imagen aparentemente representativa de seres divinos.
ResponderEliminarPero es que el "diseño inteligente" tiene esas cosas, porque las vírgenes, santos y demás fauna celestial, como antiguos humanos que eran pueden pensar: "Voy a diseñar mi imagen en una mancha de humedad en la pared", y... ¡voilà!, el milagro quedó diseñado y reproducido para el solaz espiritual de la tontuna católica más ignorante, que la hay y a raudales.
Aunque yo no encuentro muy inteligente que la virgen María lleve ya más de 21.000 apariciones durante 2.000 años para decir siempre las mismas cosas y con el mismo resultado. Aquí el "diseño" se les ha ido un poco de las manos, ¿no?
Saludos.
Pues si
ResponderEliminar¿Viste el cristo en el culo de un perro cuya sagrada foto circulaba por internet?
Los caminos del Señor son insondables (bueno ese si era "sondable")
Uno viejuno que me gustó especialmente era el de la meada de perro a la que le ponian velitas y la tocaban. Por si no lo has visto está aquí:
Meada milagrosa
Acabo de ver el vio de la "meada perruna milagrosa".
ResponderEliminarDan ganas de reír pero ciertamente es para llorar de pena. La credulidad de las gentes es perfectamente maleable y queda entonces expuesta al antojo del primer piquito de oro que quiera sacarle tajada. Y no sólo en lo religioso, como sabemos.
Está claro que toda fe hace daño. Podemos definir fe como la firme creencia en algo de lo que no hay evidencia. Si la hubiese, la fe ya no tendría sentido. Sólo hablamos de fe cuando deseamos sustituir la emoción por la evidencia, como les pasa a estas gentes.