El Ayuntamiento de Nueva York amenazó ayer con cancelar el acuerdo de franquicia que tiene con un grupo judío ortodoxo para que sean ellos quienes gestionen el servicio de autobús público de la línea B-110, que atraviesa barrios de Brooklyn donde la mayoría de la población es judía. El motivo es que la franquicia, Private Transportation Corp, obliga a las mujeres a sentarse en la parte trasera del vehículo, con el objetivo de perpetuar la tradición de la comunidad religiosa.
El departamento de transporte de la ciudad advirtió a la empresa de que esta práctica "constituye una violación directa" del contrato firmado con el consistorio, informa Reuters. El Ayuntamiento está a la espera de la contestación de la compañía, que declina hacer declaraciones a la prensa. La polémica ha ganado peso en las últimas fechas en Nueva York por las denuncias de varios colectivos. Incluso, el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, llegó a criticar públicamente esta segregación.
Fuentes: Publico.es, The New York Times, The New York World
Con estas cosas no se tendrían que tener tantas contemplaciones...
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