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25 julio 2011

La apuesta de Smith y apuesta Atea

En este blog se ha discutido superficialmente sobre la apuesta de Pascal, por muchos conocida.
Ver Variante de "la apuesta de Pascal" y Científico ateo, ahora charlatán

La resumo aquí para los que no la conocen:
  • Puedes creer en Dios; si existe, entonces irás al cielo.
  • Puedes creer en Dios; si no existe, entonces no ganarás nada.
  • Puedes no creer en Dios; si no existe, entonces tampoco ganarás nada.
  • Puedes no creer en Dios; si existe, entonces no irás al cielo
 La apuesta de Pascal fue expresada por el propio filósofo de la siguiente manera:
Usted tiene dos cosas que perder: la verdad y el bien, y dos cosas que comprometer: su razón y su voluntad, su conocimiento y su bienaventuranza; y su naturaleza posee dos cosas de las que debe huir: el error y la miseria. Su razón no está más dañada, eligiendo la una o la otra, puesto que es necesario elegir. He aquí un punto vacío. ¿Pero su bienaventuranza? Vamos a pesar la ganancia y la pérdida, eligiendo cruz (de cara o cruz) para el hecho de que Dios existe. Estimemos estos dos casos: si usted gana, usted gana todo; si usted pierde, usted no pierde nada. Apueste usted que Él existe, sin titubear. Pensamientos.
Blaise Pascal (1670)


Es triste ver que, aun a pesar de lo infantil de sus términos, todavía es muy utilizada por creyentes en dioses.
Vemos como se refuta la "Apuesta de Pascal"


La Apuesta Atea sugiere:
Deberías vivir tu vida e intentar hacer del mundo un lugar mejor estando en él, tanto si crees en dios como si no. Si no hay dios, no habrás perdido nada y serás recordado al morir por todos los que dejaste atrás. Si existe un dios benevolente, te juzgará a ti y a tus méritos y no por el hecho de si has creído o no en él.
La apuesta establece que si una persona analiza las opciones con respecto a como vivir su vida se encontrará con las siguientes posibilidades:
  • Puedes vivir una vida bondadosa, creer en dios y que exista un dios benevolente: en ese caso irás al cielo, tu beneficio es infinito.
  • Puedes vivir una vida bondadosa sin creer en dios y que exista un dios benevolente: en ese caso irás al cielo, tu beneficio es infinito.
  • Puedes vivir una vida bondadosa, creer en dios y que no exista un dios benevolente: en ese caso, has dejado un legado positivo al mundo, tu beneficio es finito.
  • Puedes vivir una vida bondadosa sin creer en dios y que no exista un dios benevolente: en ese caso, has dejado un legado positivo al mundo, tu beneficio es finito.
  • Puedes vivir una vida malvada y creer en dios, y que exista un dios benevolente: en ese caso, irás al infierno, tu desgracia es infinita.
  • Puedes vivir una vida malvada sin creer en dios, y que exista un dios benevolente: en ese caso irás al infierno, tu desgracia es infinita.
  • Puedes vivir una vida malvada y creer en dios y que no exista un dios benevolente: en ese caso, dejas un legado negativo al mundo, tu desgracia es finita.
  • Puedes vivir una vida malvada sin creer en dios y que no exista un dios benevolente: en ese caso, dejas un legado negativo al mundo, tu desgracia es finita.
Siendo una variación de la apuesta de Pascal, la apuesta atea aparentemente sufre de la falacia lógica del falso dilema, basándose en la suposición de que las únicas posibilidades son las siguientes:
  1. Existe un dios benevolente y castiga o recompensa las acciones de cada uno
  2. No existe un dios benevolente.
La apuesta atea equivale un dios benevolente a uno que castiga o recompensa de acuerdo a acciones, asumiendo implícitamente que un dios que actuara de otra forma (como en la apuesta de Pascal, ), no es un dios benevolente. Esta premisa permite a la segunda proposición no solo cubrir la posibilidad de la ausencia de dios sino también todos los dioses posibles que no son benevolentes (recompensan o castigan de acuerdo a las acciones de la persona), de forma que cubre todas las posibilidades.

La Apuesta Smith
George Smith formuló lo que se conoce como Contrapuesta de Pascal o Apuesta de Smith, la misma dice que existen cuatro posibilidades:

  1. Dios no existe: los ateos están en lo correcto.
  2. Dios es un ser impersonal: o sea Dios creo el universo y luego lo dejó a su propia evolución de acuerdo a las leyes naturales sin intervenir ulteriormente. Este es el caso del Deismo. Dios es indiferente a lo que hagan los hombres, ni premia ni castiga. Da lo mismo ser creyente que ateo.
  3. Dios existe y es moralmente elevado: En este caso, Dios no puede castigar a quienes cometan errores de conciencia honestos. Dios no puede castigar a quien llega al ateísmo como conclusión lógica por el uso legítimo de su capacidad de raciocinio.
  4. Dios existe y es el Dios de los Cristianos: Este Dios castiga a quienes dudan de él, por más que la duda sea consecuencia de una aplicación directa de la lógica y la razón. No importa la vida de las personas, lo que importa es creer. No importa que el motivo de la creencia sea tan deshonesto como el miedo al infierno o el infantil deseo de un premio celestial. Este Dios reprobable moralmente, puede fácilmente ser traicionero para con los cristianos y al disfrutar del sufrimiento humano, mandarlos al infierno sólo por diversión. Por lo que creer no es garantía en este caso.
Smith concluye que tras meditar lógica y honestamente sobre la existencia o no de Dios, la conclusión a la que se debe llegar es el ateísmo.

Extraído de Wikipedia

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