Datos de la MPL arrojan nueva luz sobre el agua y los volcanes en Marte

Los datos del Phoenix (Mars Polar Lander) de la NASA sugieren que el agua líquida ha interactuado con la superficie de Marte a lo largo de la historia del planeta y en tiempos relativamente recientes. La investigación también proporciona nueva evidencia de que la actividad volcánica se ha mantenido en el Planeta Rojo en tiempos geológicos recientes, hace varios millones de años.

Phoenix - Mars Polar Lander

Aunque el módulo Phoenix Mars Lander, que llegó a Marte el 25 de mayo de 2008, ya no es operativo, científicos de la NASA seguirán analizando los datos recogidos de esta misión. Estos recientes hallazgos se basan en los datos sobre el dióxido de carbono del planeta, que constituye alrededor del 95 por ciento de la atmósfera marciana.

Imagen artística del MPL

"El dióxido de carbono atmosférico es como un espía químico", dijo Paul Niles, un científico espacial del Johnson Space Center de la NASA en Houston. "Se infiltra en todas las partes de la superficie de Marte y pueden indicar la presencia de agua y su historia."

Phoenix ha medido con precisión los isótopos de carbono y oxígeno en el dióxido de carbono de la atmósfera marciana. Los isótopos son variantes de un mismo elemento con diferentes pesos atómicos. Niles es el autor principal de un artículo sobre los hallazgos publicados en la edición online de la revista Science. El artículo explica las proporciones de isótopos estables y sus implicaciones para la historia del agua marciana y volcanes.

"Los isótopos se puede utilizar como una firma química que nos pueden decir de donde viene algo, y qué tipo de eventos que ha experimentado", dijo Niles.

Esta firma química sugiere que el agua líquida existió en primer lugar a temperaturas cercanas a la congelación y que los sistemas hidrotermales similares a las aguas termales de Yellowstone han sido escasos en todo el pasado del planeta. Las mediciones de dióxido de carbono muestran que Marte es un planeta mucho más activo que se pensaba. Los resultados implican Marte ha repuesto dióxido de carbono atmosférico hace relativamente poco tiempo, y el dióxido de carbono ha reaccionado con agua líquida presente en la superficie.

Las mediciones fueron realizadas por un instrumento sobre Phoenix llamado Evolved Gas Analyzer. El instrumento era capaz de hacer un análisis más preciso de dióxido de carbono que los instrumentos similares en sondas Viking de la NASA en la década de 1970. El programa Viking proporcionan los únicos datos anteriores isótopos Marte enviadas a la Tierra.

La baja gravedad y la falta de un campo magnético en Marte implica que el dióxido de carbono que se acumula en la atmósfera, se acabe perdiendo en el espacio. Este proceso favorece la pérdida de un isótopo más ligero el carbono-12 en comparación con el carbono-13. Si el dióxido de carbono de Marte hubiese experimentado sólo el proceso de pérdida atmosférica sin algún proceso adicional de reposición de carbono-12, la proporción de carbono-13 a carbono-12 sería mucho mayor que lo que midió Phoenix. Esto sugiere la atmósfera de Marte recientemente se ha repuesto con el dióxido de carbono emitido por los volcanes, y el vulcanismo ha sido un proceso activo en el pasado reciente de Marte. Sin embargo, una firma volcánica no está presente en la proporción de otros dos isótopos, 18 en oxígeno y el oxígeno-16, encontrados en el dióxido de carbono en Marte. El descubrimiento sugiere que el dióxido de carbono ha reaccionado con agua líquida, lo que enriqueció el oxígeno en dióxido de carbono con el oxígeno más pesado-18.

Niles y su equipo teorizan que lo que indica esta firma del oxígeno isotópica es que el agua líquida ha estado presente en la superficie marciana recientemente y en abundancia suficiente como para afectar la composición de la atmósfera actual. Los resultados no ponen de manifiesto determinados lugares o fechas de agua líquida y los respiraderos volcánicos.

La misión Phoenix fue liderada por el investigador principal Peter H. Smith de la Universidad de Arizona en Tucson, con la gestión del proyecto en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena, California JPL.